lunes, 7 de mayo de 2007

Génesis

En el principio de los tiempos todo era tinieblas y soledad, un planeta desierto donde solo tierra, cielo y mar se disputaban su posesión. Esta soledad entristecía los cielos y estos lloraban durante días sus lluvias de tristezas sobre la tierra.

La tierra hervía por dentro, fruto de su eterno romance con el mar en sus entrañas se engendraba el hijo primogénito.

Al nacer el niño el cielo al fin sonrió, fue tal su alegría que en ofrenda creó un hermoso sol que con su intenso brillo hizo retroceder las tinieblas.
La luz del primer día de los días comenzaba a brillar y descubría al primer humano que este planeta conoció. Un humano hecho de la mezcla de tierra y agua, mezcla que en las entrañas de la tierra al calor del fuego cobro vida y que hoy daba sus primeros y torpes pasos bajo la mirada orgullosa de sus padres.

No pasó mucho tiempo para que este solitario hombre de barro se diera cuenta de lo inútil de su existencia, falta de propósito y sobrada de espacio. Al comprender que sus padres eran incapaces de responder sus inquietudes decidió hacerse cargo del tema.
Luego de varios experimentos fallidos en busca de claves que esclarecieran su propósito un día se topo con un pozo lleno de arcilla roja, su curiosidad lo llevo a tocarla y estudiarla durante un momento, luego del cual comenzó a jugar con ella. Al cabo de un rato se encontró moldeando algo con este trozo de arcilla, una forma ovalada, roja y brillante aparecía entre sus manos, la observó durante unos segundos y en seguida supo que hacer.
Escarbó en su pecho de barro y dentro del mismo barro enterró su creación, unos segundos después sintió el comienzo de un golpeteo dentro del pecho, su primera emoción estaba naciendo y él quería llorar pero no sabía que era llorar, así que imito a la lluvia y llovió y lloró por largo tiempo hasta que fue suficiente, y luego intentó reír, y le salió tan bien que decidió reír hasta cansarse y así lo hizo.

Mientras el tiempo pasaba la arcilla de su rojo corazón comenzó a recorrer su cuerpo y poco a poco comenzó a transformar el barro en carne.
La insaciable curiosidad del hombre lo había llevado a experimentar con los distintos tipos de arcilla que a su paso se presentaban. Mezclando y mezclando comenzó a crear cosas, a algunas las llamó plantas y luego descubrió que de sus frutos podía comer. También creó otros seres, a los que luego les agregó un corazón, esperanzado de poder compartir con ellos la vida.

Pero estos seres, a los que luego llamó animales, no lograban llenar su vida.
Y la tristeza lo invadió, sin saber a donde ir y cansado ya del paisaje le pidió al cielo que le apagara el sol porque quería inventar el sueño. El cielo apagó el sol tal como se lo habían pedido, pero en su lugar creó una noche, y la llenó de estrellas algo que seguramente al hombre le gustaría ver, y había acertado.

El hombre se acostó en la tierra, observando las estrellas que recién habían nacido cerró los ojos y creó el primer sueño. En su sueño soñó con alguien como él, que fuese capaz de acompañarlo y ayudarlo a continuar su obra de creación.

Cuando volvió a abrir los ojos el cielo también estaba soñando, había soñado una luna, una gran esfera blanca que iluminaba la noche y lo ayudaba a ver en ausencia del sol.

El hombre despertó al cielo, le pidió que volviera a encender el sol y que lo ayudara a despertar a sus padres. Ambos despertaron al mar y a la tierra y el hombre comenzó a explicarles de su nueva idea, solicitandole ayuda a los tres.

- La he soñado, ya se como debe ser. – exclamaba el hombre.

Juntó algo de arcilla y la llevo en frente de sus tres ayudantes.
El cielo aportó la belleza de los astros, el mar le brindó la tranquilidad de sus aguas, y la tierra le regalo un poco del fuego de sus entrañas. Entre todos comenzaron a darle forma a la figura.

Una vez terminada la figura de arcilla el hombre comenzó a dar forma al corazón. Era tal su emoción que un par de lágrimas cayeron sobre el rojo corazón de arcilla que moldeaba con sus manos. Al mezclarse las lágrimas con la arcilla el corazón comenzó a latir por si solo, el hombre se apuró a enterrar el corazón en el pecho de su compañera.

Al cabo de unos minutos la figura despierta y mira a su alrededor con curiosidad, el cielo le regala un viento que le agita el cabello, el mar se abraza a la tierra y juntos observan orgullosos la primera mujer.
Ella volvió su mirada hacia el hombre que todavía la contemplaba con incredulidad, era tan hermosa, era tan perfecta. Sin saber que decir ambos quedaron unos minutos mirándose, luego ella le pidió permiso para inventar el beso, y así lo hizo y les gustó.

El hombre no quiso separarse nunca más de su mujer y para lograr su objetivo decidió inventar el amor, y tan bien le quedo inventado que no supo como contenerlo y ahora con su amada caminaba de la mano por el nuevo mundo, un mundo que iban inventando de a poquito.

La historia cuenta que vivieron muchos años felices y tuvieron muchos hijos, y que en la hora de la muerte decidieron morir juntos. Y así fue, murieron abrazados el uno al otro tan fuertemente que en su último aliento volvieron a ser arcilla y ese día los rojos corazones que latían sus últimos sueños se unieron en uno solo.

4 comentarios:

Ani dijo...

Muy lindo Willy!!
Me gustó que fuera alegre y no medio triste como otros que hiciste :)

Pero como siempre, muy bueno ;)

Sigo esperando mas.

Stephanie Biscomb dijo...

Siempre se muere alguien! Y que paso con la manzana? Y la serpiente? Y el paraiso? Jaja, me hace acordar todo mucho a Shakira esto.

Lindo, wishi, sigue asi :D Hace pila que no publicabas nada, ya lo extrañaba!

Anónimo dijo...

Muy lindo el cuento nenito por fin hiciste algo romantico el tiene ternura y me encanto me toco el corazon.
Segui asi que te vas a hacer famoso ahora como no me lo dedicas yo tampoco te pongo quien soy ta.
Segui escribiendo cosas lindas
BESOTES MMMMUUUUUUAAAAAAAAAAAAAAA

ign dijo...

Upa... admiradoras... Este blog está lleno de chicas, Eeeeeiiooouuuuughhhwh.
dit: mirá quién habla de no updatear.................